Los tres atentados perpetrados por terroristas palestinos en Jerusalén en menos de 24 horas han obligado a que Israel decrete el estado de máxima alerta. Al menos siete israelíes han muerto y otra decena ha resultado heridos por lo que el Gobierno de Benjamin Netanyahu, ha tomado varias medidas en respuesta a los ataques. Según ha comunicado a través de la red social Twitter, están destinadas a "combatir el terrorismo y cobrar un precio a los terroristas y sus partidarios".
Las dos principales medidas son el reforzamiento de los asentamientos y la petición que el Gobierno israelí ha hecho a sus ciudadanos para que tengan licencia de armas, formación para usarlas y que vayan armados para poder utilizarlas cuando sea necesario. Para ello, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha comunicado que su Ejecutivo "agregará miles de ciudadanos portadores de armas a través de la aceleración y expansión de la concesión de licencias de armas de fuego", pero al mismo tiempo pidió a los israelíes no hacer justicia por su propia mano.
La Administración de Netanyahu reforzará además las fuerzas policiales y militares del país ha advertido que de permitirá, si fuera necesario para la seguridad de la población detenciones "en gran escala" además de "operaciones selectivas de recolección de armas ilegales".
Además, en respuesta a los ataques "y las alegres celebraciones que los siguieron", el primer ministro ha decidido "fortalecer los asentamientos que se introducirán esta semana".
Asimismo, Netanyahu ha anunciado una serie de medidas dirigidas a los familiares de los terroristas. De esta manera, a partir de ahora se negará los derechos de seguridad social y otras prestaciones sanitarias a los familiares de los terroristas que apoyen los ataques. También, ha comunicado la negación de documentos de identidad para los familiares de los terroristas que apoyen sus causas, una ley que según ha indicado Netanyahu se discutirá este domingo en una reunión del gabinete.