A raíz del atentado yihadista de Algeciras en el que un sacristán fue asesinado. Yasmin Kanzaa fue el terrorista que mató a sangre fría al sacerdote e hirió de diversa gravedad a cuatro personas.
No es el primero, ni será el último de los atentados islamistas en occidente. Esta es una losa que tienen que combatir principalmente Europa. Desde los estamentos políticos españoles ha habido distintas reacciones al atentado. El líder de Vox, Santiago Abascal ha comentado que "el islamismo es incompatible con occidente", premisa que tiene mucha razón. El islamismo es un fundamentalismo islámico que pretende instaurar la ley islámica como una ley de derecho objetivo, una clara violación del estado democrático y de derecho.
En España hay una realidad y es la inmigración ilegal. España ha pagado en cuatro años a Marruecos (país de origen del terrorista de Algeciras) 320 millones de euros para la protección de las fronteras. Para poder solucionar la situación, España necesita controlar las fronteras ella misma. El segundo punto es aparcar la demagogia de carteles como el Irene Montero en el que se puede leer lo siguiente: "Me han identificado por mi color de piel u otros rasgos físicos sin razón objetiva". La Policía busca sobre perfiles para acotar posibles sospechosos y se actúa sobre las personas en las que se ven indicios delictivos. Se buscan yihadistas donde se pueden encontrar.