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Juan Pablo Polvorinos analiza la estrategia de la izquierda para no condenar los insultos a Isabel Díaz Ayuso en la Complutense.

La adversativa, arma política de Mónica García

Juan Pablo Polvorinos analiza la estrategia de la izquierda para no condenar los insultos a Isabel Díaz Ayuso en la Complutense.

Uno de los especímenes que resulta desde hace ya bastante tiempo más complicadas de avistar en la conversación pública española, a la hora de condenar un hecho violento o reprobable es la oración simple. Este tipo de expresiones que antes eran endémicas vienen desde hace mucho tiempo acompañadas de una conjunción adversativa que siempre se utiliza para justificar de algún modo un acontecimiento donde hay un agresor y una víctima.

El último ejemplo lo hemos visto esta semana con el acoso sufrido por la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Hemos escuchado lo que parecía una condena los gritos e insultos, el acoso en definitiva seguida de una justificación en forma de adversativa. Esta semana le hemos hecho desde esRadio la siguiente pregunta a la Líder de Mas Madrid Mónica García.

Bueno… Con esta técnica argumental se ha llegado a justificar desde el terrorismo de ETA, pasando rodear el Congreso o los escraches, hasta el acoso sufrido por niños en Cataluña que quieren estudiar en español, el apedreamiento de partidos constitucionalistas en Alsasua o de VOX en Vallecas.

Sólo hay una certeza: Lo importante ya no son los hechos sino el color político de quien lo sufra. En otras palabras la violencia ya no es necesariamente un mal en sí misma, sino que depende de quién la ejerza. Si es de los nuestros se recurre a la oración simple y si quien lo sufre es el contrario entonces se recurrirá a la adversativa dando a entender que el agredido merecía en justicia lo que le ha pasado.

Lástima que tal vez sea demasiado tarde para erradicar esta práctica.

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