Ucrania podrá disponer de carros de combate Leopardo 2, los más modernos operativos en los ejércitos europeos, para poder frenar la invasión rusa de su país. La presión asfixiante a la que Polonia ha sometido a Alemania, unida al empuje de otros gobiernos aliados y a la conocida división interna en Berlín sobre este asunto, ha provocado que el ala mayoritaria del Ejecutivo, encabezada por el canciller, Olaf Scholz, haya dado su brazo a torcer.
Así lo han avanzado este martes por la noche algunos medios de comunicación alemanes como Der Spiegel y N-TV, que explican que su gobierno permitirá no solamente que Polonia y otros países aliados entregan unidades de este modelo de carro de combate de fabricación alemana, sino que incluso el propio país va a entregar algunas unidades de las que tienen operativas y de las que están en stock o en producción en Rheinmetall, la empresa fabricante.
Uno de los portavoces de la empresa había explicado horas antes que habían hecho durante el fin de semana una cuantificación de unidades tal y como les había pedido su Gobierno el viernes justo después de la reunión de países donantes de la OTAN. El resultado, es que tienen unas 139 unidades de la versión 1 y la versión 2 entre los que tienen actualmente en stock, los que están en cadena de montaje y los que saldrán a lo largo del año.
Entre ellos hay, por ejemplo, unidades que necesitarán varios meses de trabajo para ponerse a punto antes de ser entregados a Ucrania, o 29 unidades que iban a ser entregadas a países compradores, como República Checa o Eslovaquia, cuyos gobiernos dijeron la pasada semana que si Alemania retiraba el veto iban a entregar esas unidades directamente al Gobierno de Kiev. Estos últimos no estarían listos hasta la primavera.