Las cuestiones legales no siempre son fáciles de entender y, con la maquinaria de propaganda del Gobierno y sus muchos medios afines a todo tren, aún resulta más confuso saber qué es lo que realmente ha pasado en los últimos días con el Tribunal Constitucional, el Gobierno y el recurso que planteó el PP.
Así que ofrecemos una explicación en seis claves de lo que ha ocurrido alrededor de este asunto para poder, al menos, adentrarse en esta densa maraña político-legal que está ocupando portadas telediarios.
La primera de estas seis claves es lo que ha tratado de hacer el Gobierno: cambiar a través de unas enmiendas a otra ley algo – el sistema de elección de magistrados del TC – que debe ser y es objeto de una ley orgánica.
Tras ese atropello ha llegado el recurso del PP y la adopción desde el Constitucional de medidas cautelarísimas que impiden que por el retraso en tomar una decisión definitiva se cause un daño irreparable.
Una medida que, en contra de lo que ha dicho la peor prensa liberticida, no sólo no amordaza al Parlamento sino que hace lo contrario: obligar a que el debate sobre una cuestión de esa importancia tenga lugar en los términos en los que debe tenerlo.
El Gobierno y sus aliados, por su parte, han tenido una reacción realmente sobredimensionada en lo gestual, pero no se han atrevido a desobedecer abiertamente el dictamen de los magistrados del Constitucional: finalmente tanto el propio Ejecutivo como los presidente de Congreso y Senado, Meritxell Batet y Ander Gil, han afirmado que acatan el fallo.
Finalmente, la última clave es por qué Pedro Sánchez había renunciado a un trámite parlamentario normal en este asunto, teniendo como tiene una mayoría suficiente para aprobarla, y aquí la única explicación es la prisa en cumplir sus compromisos con los separatistas sin que le afecte electoralmente.