Desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno de España, 276 presos etarras han sido acercados a cárceles de País Vasco y Navarra.
En el último año, con Prisiones transferido al gobierno vasco, a 29 presos se les ha concedido el tercer grado. Muchos de esos grados han sido recurridos y cinco revocados por la Audiencia Nacional. El acercamiento y reagrupación como paso previo a la Libertad es un hecho. Sánchez ha encontrado en el gobierno vasco su principal aliado para su plan de borrado de la ETA.