Fue durante la sesión de control al Gobierno, el 19 de febrero de 2020, cuando Cayetana Álvarez de Toledo interpeló a la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y pronosticó lo que ayer anunció Pedro Sánchez: la reforma del delito de sedición.
"Ustedes quieren reformar el Código Penal para beneficiar a una persona concreta –decía Álvarez de Toledo ante una cariacontecida Calvo – a un hombre que confunde el diálogo con la claudicación ante el separatismo, a un hombre que se dice de izquierdas cuando promueve la más radical desigualdad, a un hombre que ha mostrado su desprecio absoluto por los constitucionalistas catalanes, héroes de la democracia, que considera que la Constitución del 78 está amortizada".
La popular le dijo a los socialistas que la reforma de este delito no se hacía para beneficiar "al presidiaro Junqueras", sino "al presidente Sánchez". "La suya es una reforma ad Sánchez –insistió la del PP–, y al servicio de Sánchez son ustedes capaces de todo, de rehabilitar al Le Pen español, de someter a la Fiscalía General del Estado e incluso de ensuciar al Tribunal Supremo atribuyéndole la autoría intelectual de sus desmanes".
"Es una prueba más del respeto que les merecen la Justicia y las instituciones", seguía la breve pero más que contundente intervención, "lo que ustedes buscan es borrar el delito de lesa democracia que han cometido pactando el Gobierno de España con un condenado por sedición, lo que buscan es la amnistía de los sediciosos y la de sus cómplices, la amnistía de ustedes".
"La nación toma nota", concluyó Álvarez de Toledo entre los aplausos de su propio grupo y las miradas de odio de Carmen Calvo.