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El régimen comunista ha aprobado un paquete legal que ha vendido como una medida de protección a los niños y de apertura a nuevos modelos de familia. Pero nada más lejos de la realidad.

¿Qué esconde el nuevo Código de las Familias de Cuba, que aplaude la izquierda?

El régimen comunista ha aprobado un paquete legal que ha vendido como una medida de protección a los niños y de apertura a nuevos modelos de familia. Pero nada más lejos de la realidad.

La dictadura cubana ha aprobado su nuevo Código de las Familias, que fue sometido a un falso referéndum el pasado domingo, 25 de septiembre. Al margen de las irregularidades durante la consulta y la cuestionable veracidad del resultado de las urnas -aspectos con los que ya contábamos-, cabe incidir en el trasfondo del texto que supuestamente ha sido ratificado y sustituirá al de 1975.

El régimen comunista ha vendido este paquete legal como una puerta abierta a los nuevos modelos de familia. Parece -y así lo reflejan los titulares que han abierto portadas en todo el mundo- que el pueblo hubiera votado sólo a favor o en contra del matrimonio igualitario. Pero la realidad es que el texto dota al Gobierno cubano -no electo- de nuevas herramientas para continuar adoctrinando, reprimiendo y controlando a su gente. Es decir, a hacer lo que hasta ahora pero con el amparo de la ley. De ahí su gravedad.

Entre los cambios más significativos, podemos citar el que tiene que ver con la patria potestad de los hijos, que ha pasado a llamarse responsabilidad parental y el régimen puede hacerse cargo de ella a la mínima de cambio. Basta que "observen una conducta viciosa, corruptora o delictiva", como recoge el artículo 191. A ojos de la dictadura, ser disidente está dentro de este supuesto.

El Código también obliga a los padres a inculcar a sus hijos "el amor a la patria", socialista claro. Así se recoge en el artículo 4 de la Constitución de la República de Cuba, a la que el texto alude constantemente. La condición de socialista es "irrevocable", asegura la Carta Magna de Cuba. En definitiva, restringe aún más los derechos de los padres sobre sus hijos.

Llama la atención el aplauso generalizado de la izquierda y los medios progres de este país, que tildan como "paso histórico" la aprobación de este paquete legal, prestando atención únicamente al asunto de la unión entre personas del mismo sexo y obviando todo lo demás. Con ello la dictadura limpia su imagen internacional. Y lo hace con la complicidad del colectivo LGTBI, oprimido durante décadas por el régimen comunista.

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