Localizaron el velero en plena noche, boca abajo, en condiciones muy adversas, con viento fuerte norte y olas de 2 y 3 metros. Cuando un buceador se posó en el casco, escuchó la voz del tripulante. Cuando supo que iba a naufragar optó por ponerse el traje de supervivencia y quedarse dentro, junto a la radiobaliza.
Eso le permitió ser localizado con rapidez y sobrevivir a una posible hipotermia en el espacio cóncavo y con oxígeno del casco puesto del revés. Para asegurar la operación, sus rescatadores aguardaron a la mañana. "Lo primordial era asegurar que no se iba a ir a pique", explica Vicente Cobelo, técnico de operaciones especiales de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima y coordinador del rescate.
Para ello utilizaron cinchas y varios globos de reflotamiento. Ya asegurada la nave, dos buceadores iniciaron el rescate del marinero francés, de 62 años. Las imágenes muestran también el momento en que lo izan al helicóptero tras más de 15 horas de angustiosa espera. Es un caso único de supervivencia celebrado como se merece. "Hubo gritos de alegría, abrazos y alguna lágrima también" por quienes participaron en el rescate.