Ya la vicepresidenta primera y ministra de economía Nadia Calviño señalaba esta mañana a primera hora, tras conocer los datos de paro del mes de julio, que tenemos que dejar de analizar los datos de paro como lo hacíamos hasta el momento para tratar de fijarnos en los datos desestacionalizados y también de paro del mes de julio, datos del paro que muestran la tendencia de la evolución de los contratos indefinidos.
Es decir, que hace unos días, cuando la EPA resultaba favorable por creación de empleo y reducción del paro, había que fijarse en esto, pero ahora que los Servicios Públicos de Empleo y los datos de afiliación reflejan un brusco cambio de tendencia que abona la hipótesis de la recesión en invierno, lo suyo es "cambiar la maanera de interpretar los datos". Esta tendencia ya le ha llevado a cambiar al presidente del Instituto Nacional de Estadística.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su comparecencia en Baleares tras su encuentro con el Rey se ha manifestado en el mismo sentido. Según ha dicho:
"Creo que tenemos entre todos que empezar a leer los datos de empleo con unas lentes distintas después de unos cuantos meses de la vigencia de la reforma laboral. En el mes de julio, antes de la reforma laboral, tradicionalmente caía la contratación indefinida, ahora vemos que la contratación indefinida aumenta". Señalaba.
El Gobierno, que en su reforma laboral lo que hizo fue cambiarle el nombre a los contratos temporales para llamarlos fijos discontinuos, dice ahora que lo que tenemos que hacer es fijarnos en ese dato. Poco importa, parece ser para el Gobierno, que los datos de empleo reflejen la primera destrucción de empleo en un mes de julio de toda la serie histórica, o el primer aumento del paro en un mes de julio de la última década.
Estos datos no son los que hay que mirar, para el presidente del Gobierno, sino el milagro de la contratación indefinida que por arte de magia logró la reforma laboral llamando "fijos discontinuos" a los contratos que antes eran temporales.