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El Gobierno quiere seguir expoliando la riqueza del país y ha anunciado dos impuestazos a dos de los sectores que más odia la izquierda: la banca y las eléctricas.

Sánchez saqueará a ahorradores y consumidores

El Gobierno quiere seguir expoliando la riqueza del país y ha anunciado dos impuestazos a dos de los sectores que más odia la izquierda: la banca y las eléctricas.

Pedro Sánchez aprovechó ayer martes el debate sobre el estado de la nación para echar balones fuera sobre la nefasta situación de la economía española. Con un PIB agónico, que apenas creció un 0,2% entre enero y marzo, con una inflación que ha roto la barrera del 10%, con una deuda pública en niveles récord y con el precio de la luz superando los 300 euros, Sánchez acudió a la cita con una nefasta carta de presentación.

Además, Sánchez no anunció ningún ajuste en las maltrechas cuentas del Estado, todo lo contrario: gastará más. Así, aprovechó su turno para anunciar una lista de prebendas electoralistas, como abonos de transporte gratis o cheques para los estudiantes. Lejos de bajar impuestos (teniendo en cuenta que la recaudación del Estado está en niveles récord) el Gobierno quiere seguir expoliando la riqueza del país y ha anunciado dos impuestazos a dos de los sectores que más odia la izquierda: la banca y las eléctricas.

Con la puesta en marcha de estos tributos, que el presidente calificó de temporales, el Gobierno pretende recaudar la friolera de 7.000 millones de euros. Lo que no dice Sánchez es que parte de ellos se acabarán trasladando a la ciudadanía en forma de mayores comisiones, créditos más caros y una factura de la luz todavía mayor sin olvidar el mazazo al accionista minoritario.

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