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Los inversores castigan en bolsa el asalto del Gobierno a Indra.

Qué demonios está pasando con Indra

Los inversores castigan en bolsa el asalto del Gobierno a Indra.

En octubre de 2007, hace 15 años, el entonces presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, se quejaba amargamente de las operaciones que el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríuguez Zapatero estaba urdiendo para hacerse con el "espectro financiero y mediático" y culpó de esto a unos "brujos visitadores de la Moncloa", entre quienes estaban Javier Arenillas (vicepresidente de la CNMV), Javier Ruiz, (entonces periodista de la SER) y el director de la oficina económica de Moncloa, Miguel Sebastián.

Pues bien, 15 años y dos presidentes del gobierno después, Pedro Sánchez ha demostrado sus hambre de control. Ya no sólo ostenta el control de la fiscalía con Dolores Delgado, sino que ya domina el espectro mediático (con PRISA y Mediaset) y ahora también el financiero con el control de una de las mayores compañías industriales de España, que no sólo se dedica al negocio de defensa, sino que también controla el software de conteo del voto en las elecciones: Indra.

Este viejo objetivo lo ha logrado Sánchez de la mano de un solícito Joseph Ourgoulian, presidente de Amber Capital, fondo que domina PRISA. Junto a la SEPI (Gobierno) y a la empresa vasca SAPA, Amber Capital ha logrado sacar de la ecuación nada menos que a cinco consejeros independientes para dominar el consejo de administración y mantener a Mark Murtra, un directivo afín al PSOE, como presidente.

La nueva junta y sus nuevos "independientes" dóciles podrá aprobar, dicen algunos medios, su entrada en l capital del grupo vasco de motores ITP, un objetivo perseguido por el PNV, socio y sostén del gobierno de Sánchez.

De momento, y mientras la CNMV decide si pide o no a la SEPI que lance una OPA sobre Indra, ya que la norma exige que si un inversor rebasar el 30% del capital de una cotizada, o bien toma la mayoría de su consejo, tendrá que formular una oferta pública de adquisición obligatoria sobre el resto de las acciones. La cosa es que ni SEPI, ni SAPA, ni Amber cumplen por separado esos requisitos, pero la unión de las tres compañías ha dinamitado el control de la industrial española.

De momento lo que conocemos es el pronunciamiento inevitable del mercado que castiga con caídas por encima del 15% a la compañía desde que arrancó la sesión.

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