Desde la irrupción del COVID-19, las nuevas formas de trabajo, y los entornos laborales son cada vez más flexibles y menos presenciales. Esto se debe a que las empresas, que tradicionalmente han sido reacias a aspectos como la flexibilidad horaria o el teletrabajo, están descubriendo las bondades de estas nuevas formas de trabajar.
Como Chema Alonso indica, un trabajador feliz es un trabajador productivo. Y gracias a las nuevas tecnologías esto es más fácil que nunca. Si le damos al empleado la posibilidad de adaptar su horario laboral a sus necesidades y preferencias, así como la posibilidad de trabajar de forma remota si lo necesita, su conciliación laboral y profesional será mucho mejor, lo cual implicará una mayor felicidad y en consecuencia un mejor desempeño en su trabajo.
Esta nueva forma de trabajo trata, en última instancia de gestionar el trabajo en función de objetivos y no de horas, valiéndose para ello de distintas prácticas y herramientas. Y es que, como el propio Chema Alonso comenta, al final esto se trata de "clavar clavos", si tu puedes lograrlo en 4 horas gracias a tu gestión de tiempo o habilidad, ¿por qué estar encorsetados en un horario estándar de 8 horas al día? Por todo ello acabar con la reunionitis, adaptar la jornada y tipo de trabajo de cada empleado a sus cualidades y necesidades ya que al final cada persona es un mundo, y cada cual tenemos una forma diferente de enfrentarnos a las mismas tareas.