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Las relaciones entre España y Argelia pasan por uno de los momentos más complicados de su historia, después de que Argel haya dejado en suspenso el Tratado de Amistad.

Las claves de la crisis entre España y Argelia

Las relaciones entre España y Argelia pasan por uno de los momentos más complicados de su historia, después de que Argel haya dejado en suspenso el Tratado de Amistad.

El Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a pinchar en las relaciones con los países vecinos. Y, una vez más, hay que mirar hacia los vecinos del sur para encontrar el conflicto. Tras varios años de relaciones inestables con Marruecos, es ahora Argelia la que ha decidido dejar en suspenso el Tratado de Amistad que estaban vigente con España desde hace más de 20 años.

La ruptura se produce por la claudicación de Sánchez ante Marruecos en el tema del Sáhara Occidental, un hecho que es considerado como una traición por Argelia, un país que ha apoyado históricamente la independencia del Sáhara Occidental y que da cobijo al Frente Polisario. España —que legalmente es la potencia colonizadora— mantenía hasta ahora una posición intermedia entre los puntos de vista de Marruecos y Argelia.

La ruptura trae como consecuencia una más que posible crisis energética en nuestro país. Argelia es uno de los suministradores de gas más importante de España y en estos momentos no queda claro qué puede suponer la situación, si una subida del precio de venta del gas -que pagarán todos los españoles- o que el Gobierno de Argel corte el suministro de gas.

Otra consecuencia del giro dado por Pedro Sánchez es que España pierde su principal baza negociadora frente a Marruecos. Y lo hace sin conseguir que el régimen alauí renuncie a sus pretensiones anexionistas sobre Ceuta, Melilla o las islas y peñones del Mediterráneo.

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