Mientras el último bastión de la defensa de Mariúpol resiste al asedio ruso en la acería de la ciudad, a apenas 200 kilómetros, en Zaporiyia, el pueblo ucraniano celebra la Pascua Ortodoxa, con el miedo a posibles bombardeos. En la catedral de Kiev, el presidente Zelenski pide al país fe en la victoria.
Mientras confía en un encuentro próximo con el presidente Biden, Zelenski recibe al secretario de estado y al de defensa de los Estados Unidos para agilizar la entrega de armas, el mismo día que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, la OSCE, denuncia la detención de varios de sus miembros en misión en Ucrania, en la zona del Donbás.
Según el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional, el coronel general Mijaíl Mizíntsev, las Fuerzas Armadas de Rusia y de la república popular de Donetsk cesarán las acciones de combate, se retirarán a una distancia razonable y permitirán la evacuación de civiles "en la dirección que ellos elijan".