Vehículos que son chatarra en un barrio destrozado por los bombardeos rusos, bloques de viviendas donde ya no vive nadie, escombros, colegios sin niños, esa es la panorámica diaria que se puede ver en la ciudad ucraniana de Mariupol.
La actual situación de Mariupol, al sur de Ucrania, es crítica ya que está rodeada por mar y por tierra por los rusos. Ucrania ya no tiene acceso al estratégico mar de Azov.
Mariupol está en una especie de isla fuera del control de Putin, está aislada y se defiende sola de los envites del invasor ruso, "no podemos acceder, no la podemos defender, el ejército más cercano está a 140 kilómetros.
Más de 1.000 personas muriéndose vivos, sepultados", cuenta Olga Tarnovska, una ucraniana que consiguió salir de la ciudad, pero que conserva muchos familiares.
El propio ayuntamiento ha denunciado el ataque a un colegio donde se refugiaban 400 personas, lo mismo que esta semana pasó en un teatro que estaba repleto de gente, donde incluso escribieron la palabra niños, bien grande, para que lo viesen, pero no importó, lo destrozaron y hoy hemos visto en una foto lo destruido que ha quedado, "no sabemos todavía el tamaño de tragedia humano que hay allí, el tamaño, la cantidad de muertos", cuenta Olga.
El propio Zelenski ha publicado un vídeo en el que acusa a Moscú de "crímenes de guerra por el ataque a la ciudad". En un día en el que además ha suspendido 11 partidos políticos. Destrucción que se ceba con otras ciudades como la capital, Kiev, la norte, que resiste, o Járkov al este. Un país, Ucrania, cada vez más destruido.
