El Jubileo de platino le llega en uno de sus momentos más delicados. Con su salud debilitada a sus 95 años de edad, la reina Isabel II afronta por primera vez un aniversario de su llegada a la corona sin su difunto marido, Felipe de Edimburgo, al que velaba en soledad la pasada primavera mientras se sucedían las fiestas en Downing Street en plenas restricciones por la pandemia.
La crisis más reciente, el escándalo de su hijo Andrés, retirado de todos sus títulos reales y militares por la acusación de abusos sexuales a menores en Estados Unidos. Donde residen, también, los duques de Sussex, su nieto Enrique y Meghan, que este 2022 preparan la publicación de sus memorias y recursos ante la Justicia tras ser despojados de sus últimos privilegios casi dos años después de su abrupta salida de la Casa Real entre acusaciones de racismo.
Son los últimos meses del que es, desde hace más de 6 años, el reinado más largo en la historia de Gran Bretaña. Una inesperada llegada al trono, primero por la abdicación de su tío Eduardo que dio paso a su padre, el hermano menor Alberto, Jorge VI, que murió durante una gira de su hija y heredera por los países de la Commonwealth. Era el 6 de febrero de 1952 y la princesa conocida como 'Lilibeth' se convertía en reina con 25 años de edad. Su coronación, al año siguiente, fue la primera retransmitida en directo por televisión.
Siete décadas en las que ha tratado con 14 primeros ministros, desde Winston Churchill hasta el último, por ahora, Boris Johnson. Testigo como monarca de la posguerra, la guerra fría, el fin del imperio británico o, entre otros episodios de grandes cambios, la entrada y salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Atrás queda ese 1992 que calificó como 'annus horribilis' por el divorcio de su hijo, el príncipe heredero, Carlos, con Diana de Gales. El trágico accidente mortal de ella, cinco años después en París (Francia), sería el punto de inflexión en la gestión e imagen del reinado de Isabel II tras una tibia y criticada respuesta inicial a su fallecimiento.
Una biografía que cautiva como nunca antes y que, 25 años después, ha pasado de las encuestas que señalaban que siete de cada diez británicos pedían su abdicación al actual 80% de respaldo de los que creen que ha hecho un gran trabajo como monarca. Más de la mitad, a pesar de su frágil estado por su avanzada edad, piden que continúe al frente del palacio de Buckingham.