En una base de Delaware, en Estados Unidos, se cargan aviones con equipamiento militar, armas y municiones con destino a Ucrania, mientras la incógnita de si Rusia pasará a la acción mantiene en vilo al mundo. La Casa Blanca se prepara para una invasión que considera una clara posibilidad en febrero.
"Voy a mover tropas estadounidenses a los países del este muy pronto", ha anunciado Joe Biden en las últimas horas. Hay 8.500 soldados listos para la misión si fuera necesario, pero Washington no contempla el envío de tropas a territorio ucraniano. Aunque el secretario de Defensa considera que la vía diplomática todavía no está agotada, el Pentágono reconoce la capacidad de Moscú para actuar contra Kiev.
"Tienen muchas opciones, como tomar ciudades significativas, pero también actos coercitivos o provocativos como el reconocimiento de territorios separatistas", apunta Lloyd Austin.
El jefe de la diplomacia estadounidense espera ahora la respuesta de Vladimir Putin a la propuesta de Occidente para hablar de nuevo con su homólogo ruso. Con el rechazo a su exigencia de frenar la entrada de Ucrania en la Alianza Atlántica, el presidente ruso necesita alguna concesión para retirar a sus soldados de la frontera.