Los disparos, las ráfagas y las maniobras no se detienen. Se aceleran. Rusia no está satisfecha con la respuesta por escrito que ha recibido de Estados Unidos. Sus grandes peticiones, que la OTAN vete la entrada de Ucrania y de Georgia, y que no despliegue tropas en los países del Este, han sido ignoradas.
Washington sostiene que Ucrania es un país soberano y que no puede tomar decisiones por él. Con todo, los dos bandos están dispuestos a seguir dialogando. Rusia asegura que sin ningún entusiasmo, pero que lo hará. Acaba de recibir el apoyo explícito de China. Que ha comunicado a Estados Unidos que las peticiones de Rusia deben tenerse en cuenta.
En Ucrania, mientras, el Ejército lleva semanas movilizado. Pero el Gobierno se muestra empeñado en que el ambiente de guerra no se extienda por el país. Está preparando, eso sí, a la población civil, como estos trabajadores esenciales de la ciudad de Leópolis. A los que los militares enseñan a disparar.
