Tras un igualado encuentro, los Thunder tenían la bola a pocos segundos para el final con tres abajo en el marcador (107-110). Un gran triple de Shai Gilgeous-Alexander puso las tablas a un segundo para el final.
La prórroga parecía irremediable, ya que los Pelicans no tenían tiempos muertos. Sin embargo, en un increíble giro del destino, Devonte Graham anota sobre la bocina un triple desde su propio campo.
Una canasta ganadora que dejó boquiabiertos a todos y que hace historia, al convertirse en la más lejana de todos los tiempos en la mejor liga de baloncesto del mundo.