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Canarias

La apertura de otras bocas y el incesante flujo de lava son señales de que la erupción no baja de intensidad.

El volcán tiene ya cinco bocas que expulsan cenizas, piedras y toneladas de lava

La apertura de otras bocas y el incesante flujo de lava son señales de que la erupción no baja de intensidad.

El volcán se presenta en su momento más enérgico, más explosivo, con continuos desbordes en el cono principal y en el secundario y pequeños derrumbes de las inestables laderas. De cerca se puede apreciar cómo se forman coladas que parecen avanzar a gran velocidad, aunque de momento no se ha consolidado ninguna nueva.

Se ha abierto también un nuevo centro de emisión, pero en el Pevolca ya ni los cuentan. Ahora mismo hay cinco activos, aunque el volcán ha llegado a tener hasta diez. La actividad sísmica también sigue en aumento, lo que no es buena señal. Además, en el penacho se han medido tres veces más emisiones de dióxido de azufre que hace diez días, señales de que la erupción no baja de intensidad.

Los desbordamientos por la rotura del cono forman "grandes avenidas" de lava

La disposición del cono del volcán de Cumbre Vieja ha permitido que los nuevos flujos de lava se muevan por las coladas anteriores, sin hacer más daño, y alimentando fundamentalmente la colada primigenia, que vuelca toda su fuerza en el mar, según ha informado esta noche el director técnico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende.

También recibe alimentación la colada que se mueve al norte de la montaña de Todoque, e incluso la que discurre por el sur de la montaña de La Laguna, aunque con menor aporte que las dos anteriores. Pero lo que sí está haciendo la lava es cubrir las islas que se habían producido entre coladas y que hasta el momento se habían preservado del fuego, ha explicado Morcuende. El resultado: "grandes avenidas" de lava.

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