El borde de la colada es la frontera entre dos mundos. El sepultado por la lava y el que sigue en pie pero todavía amenazado. El volcán ha destruido 240 viviendas en apenas 24 horas.
"La verdad es que es una pena", nos cuenta Orlando, que observa a lo lejos su propiedad. Es una edificacion de color rojo que se encuentra en la trayectoria de la colada.
"Se lo va a llevar", se lamenta.
Aún peor es el caso de Gloria. "Perdí a casita en Todoque", nos relata, y añade compungida, y añade:"Mi familia es de La Laguna y estamos a la expectativa de que pierdan también la casita"
Es el caso de su hermano. Vemos algunos de los recucerdos que sacó de su casa de La laguna. No sabe si finalmente la suya estará entre las que queden en pie, pero esa posibilidad apenas le consuela porque: "Ya el pueblo está perdido, ya la pena es la misma"
Desde el mirador de Tajuya vecinos y curiosos observan un barrio en riesgo de desaparecer por completo