Militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y técnicos del Instituto Geológico y Minero forman equipo para medir la temperatura de la nueva colada que ha avanzado por el borde norte del volcán. La operación se hace a escasos metros de donde la lava fluye y con gases tóxicos.
Todos llevan equipos especiales de respiración y de protección, pero los militares de la UME visten trajes de proximidad, aluminizados y multicapa que permiten trabajar en rescates e intervenciones con fuego y altas temperaturas de más de 1.000 grados. Su apariencia es como la de los trajes de los astronautas. Sus mediciones con cámara térmica y sondas de temperaturas en la colada registran hasta 870 grados. La colada forma una superficial corteza negra bajo la que fluye el material líquido. Esas mediciones dan una información básica para conocer la evaluación de la lava.
La lava arrasa 763 hectáreas en 30 días de erupción
Cuando se cumple un mes desde que el volcán de Cumbre Vieja entrara en erupción, la superficie arrasada por la lava ha alcanzado las 763 hectáreas y 1.956 edificaciones han resultado afectadas, según el último informe del Departamento de Seguridad Nacional (DSN) emitido a primera hora de este martes.
El texto recoge además que la erupción sigue adelante y el flujo principal de las coladas de lava discurre por el flanco norte, bajando por la parte norte de las coladas previas, siguiendo trayectorias hacia el oeste y noroeste, y dentro de la zona de exclusión actual.
En cuanto a la lengua que podría llegar al mar en las próximas horas, en estos momentos a unos 160 metros de la costa, ha ralentizado su avance.