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Libertad Digital ha estado en La Palma constatando la desesperante situación de los habitantes de la isla tras la erupción de hace casi un mes.

Los daños colaterales del volcán de Cumbre Vieja

Libertad Digital ha estado en La Palma constatando la desesperante situación de los habitantes de la isla tras la erupción de hace casi un mes.

El turismo de La Palma ha caído en picado tras la erupción del volcán de Cumbre Vieja. Las autoridades insisten en que ésta sólo afecta a un 10% del territorio pero el hecho es que las reservas hoteleras rondan el 15%. El sector turístico de la isla empezaba a ver la luz tras los cierres de la pandemia, pero ahora ven como la mayoría de los operadores y los particulares cancelan las reservas. Desde mediados de octubre es temporada alta en La Palma pero este año, como el pasado, los restaurantes y los hoteles están prácticamente vacíos.

Carmen Rodríguez, es dueña del Balcón Taburiente en el municipio de El Paso, un restaurante que cuelga literalmente de una ladera de roca volcánica en el Parque Nacional de la Caldera, formado hace 2 millones de años. Nos cuenta que su padre, azada en mano, pudo con la roca y abrió unas terrazas sobre las que fue construyendo primero una pequeña tasca y luego un espléndido restaurante para cien comensales y viviendas de alquiler que se asoman al espectacular cañón.

La encontramos barriendo la entrada del local, recogiendo el polvo volcánico. Un nunca acabar. Se cuela por todos lados. Nos cuenta que a la una del medio día limpió todo el suelo de la terraza y que ahora, las cinco de la tarde, está todo otra vez negro.

Carmen, una mujer de unos sesenta años, da por perdida también esta temporada. Vuelven a su cabeza los ERTE.

Desde el Balcón de Taburiente no se ve el volcán pero sí se oye ese rugido constante. Carmen se emociona cuando le hablamos de aquellos palmeros que lo han perdido todo. El luto es general en la isla, se conocen todos y comparten el dolor por la mala suerte, porque la fuerza de la naturaleza haya reventado "por el peor sitio posible". Y sí, todos y cada uno de ellos sabe que vive en "tierra de volcanes" y que esto podía pasar. Pero saberlo no ahorra sufrimiento a estos momentos.

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