Una nube negra impide ver el cielo al sur de la isla. Una sombra en las alturas que advierte de la precipitación de ceniza. El municipio de Fuencaliente es una mancha de partículas arrojadas por el volcán y en cuestión de horas el asfalto queda cubierto y los servicios de limpieza vuelven a intentar despejar calles y carreteras en las que apenas se distinguen las señales de circulación.
Hay zonas en el radio de exclusión alrededor del volcán en las que las casas han quedado sepultadas bajo una montaña de estas cenizas. Aunque la nube no se queda estancada en La Palma. El viento la arrastra y a lo largo de la tarde se prevé que su contenido contaminante llegue hasta El Hierro. Y no solo es ceniza. De las bocas del volcán también surgen bombas expulsadas a una distancia de hasta 800 metros. Piedras que se convierten en otra muestra de su agresividad.
#VolcánLaPalma
— AEMET (@AEMET_Esp) October 5, 2021
Actualizamos nuestras predicciones de dispersión de la nube de emisiones a distintos niveles. 05-10-21
Evolución simulada por el modelo #MOCAGE de dispersión de contaminantes, "modo accidente" para hoy y mañana a intervalos horarios.
(1)A unos 500 m (950 hPa) pic.twitter.com/d56x43UcNs
La lava fluirá por la misma zona si no cambia su densidad
La lengua de lava continuará fluyendo por donde lo ha hecho hasta ahora, salvo que se abran nuevas bocas eruptivas que puedan ir en otra dirección o aumente la densidad del material que arroja el volcán. Así lo ha explicado a EFE Nerea Martín, geógrafa de la cátedra de Reducción del Riesgo de Desastres de la Universidad de La Laguna.
Si la colada no aumenta ni cambia de ruta, no destruirá más fincas o inmuebles. Según datos del sistema de satélites Copernicus, hasta el momento ha arrasado más de 946 edificaciones y ha afectado además a un centenar.