Salía de los calabozos de la policía donde se había negado a declarar para llegar a la Audiencia Nacional donde de nuevo no habría la boca. Con José Luis Moreno han pasado ante el juez un abogado catalán, presunto cabecilla, la administradora de alguna de las 700 sociedades de la trama y el considerado hombre de paja del productor.
Los investigadores acusan a Moreno de captar inversores haciendo montajes ficticios y aseguran que eso es lo que hizo con la presentación de un musical con el que engatusó, dicen, a un empresario argentino. Se llegó a estrenar, pero igual que empezó se diluyó. Otra de las grandes producciones que le prometió fue una serie con actrices de Hollywood veteranas que solo llegaron a rodar un tráiler.
El empresario perdió más de diez millones de euros, presuntamente. La investigación considera que era su modus operandi. Ahora se estudian los cheques y facturas falsas encontrados en los registros y 400.000 euros en pagarés de los bancos estafados a través de empleados bancarios que cobraban comisiones para facilitar los créditos que nunca se devolvían. Moreno no colaboró en su registro, alegó que no se acordaba de la combinación para abrir la habitación del pánico en la que guardaba sus tesoros.