Desde sus vuelos, se puede contemplar la palmera y el lujoso hotel Atlantis de Dubái al atardecer. O ver la fuente iluminada más grande del mundo con su espectáculo nocturno. 3.000 leds y chorros de 105 metros de altura que suponen una maravilla nocturna, vista en esta ocasión desde el cielo. Un espectáculo al alcance de muy pocos.
