El cierre de la hostelería en Alemania, en vigor, desde noviembre, está causando estragos en un sector abocado a la bancarrota. La cerveza es un producto que caduca y sus productores piden ayudas al Gobierno de Merkel para hacer frente a los cientos de casos de insolvencia. En una cervecería al sur de Munich fundada en 1878 y dirigida por una familia en su sexta generación, aseguran que lo que están viviendo es desgarrador.
300 compañías de tamaño medio se han unido para reclamar las mismas ayudas que el Gobierno brinda a pubs y restaurantes. Dinero con el que sobrevivir al impacto de la crisis del coronavirus.