Entre los científicos encargados de su seguimiento existía el temor de que pudiera colisionar con la islas británicas de Georgia del Sur. Pero por suerte, con los últimos datos se está observando que el iceberg está girando hacia el oeste y alejando por tanto el riesgo de colisión. Parece que la corrientes están desviando su trayectoria.
El enorme témpano de hielo está ahora a 255 kilómetros de Georgia del Sur. Si llegara a sus costas como se temía, podría embarrancar en las aguas poco profundas y aplastar la vida vegetal y animal en el fondo marino.