Para embarcarse en el crucero todos los pasajeros tuvieron que presentar una PCR negativa hecha tres días antes. Posteriormente pasaron tres controles de temperatura constantes, seguido todas las medidas de precaución.
El rastreo de contactos del pasajero enfermo ya está en marcha y de momento el resto de pasajeros han dado negativo, pero aún tendrán que someterse a más pruebas para poder abandonar el barco.
La noticia es también un duro mazazo para la industria mundial de los cruceros, muy afectada por una enfermedad que les ha dejado en dique seco durante meses.