Gareth Bale cumple 31 años el día que puede proclamarse campeón de Liga con el Real Madrid. Un título que pondría el broche de oro para el madridismo esta temporada. Sin embargo, para el galés sería el final de una campaña para olvidar.
El pasado verano, el jugador estuvo muy cerca de marcharse del club y recalar en la Superliga china. De hecho, el técnico Zinedine Zidane llegó a abrirle la puerta de salida del Real Madrid. "Si Bale se va mañana, mejor para todos", llegó a afirmar el técnico francés en plena pretemporada.
Al final Bale acabó quedándose en el Madrid —en lo que ha sido su séptima temporada con la camiseta blanca—, pero su rendimiento ha sido bastante decepcionante al haber marcado sólo tres goles: dos en LaLiga Santander, en el partido de la tercera jornada contra el Villarreal (2-2) y otro en la Copa del Rey frente a Unionistas de Salamanca.
A tenor de sus flojas actuaciones, no es descabellado pensar que el jugador de Cardiff termine abandonando la disciplina blanca este verano si llega una oferta interesante por él, especialmente viendo que Zidane cuenta cada vez menos con él.
Y es que Bale nunca ha sabido ganarse a la afición madridista desde su desembarco en LaLiga Santander en septiembre de 2013. Los seguidores blancos habían llegado a apuntarle como el sucesor de Cristiano Ronaldo. Al principio, con el goleador portugués de compañero, se amoldó para ser la sombra del '7'.
Pero Gareth, tras la salida del luso, no ha sabido ser ese líder ofensivo que el madridismo esperaba que fuera.
Por si fuera poco, las palabras que pronunció el 26 de mayo de 2018 sobre el césped del Olímpico de Kiev, minutos después de su determinante concurso en la final de la Champions que el Real Madrid le ganó al Liverpool (3-1) al marcar dos goles, no ayudaron en absoluto a mejorar su relación con la parroquia blanca. "Necesito seguir jugando y eso no ha pasado esta temporada (...) Ahora necesito sentarme con mi representante este verano para tomar una decisión", dijo Bale, dejando así en el aire su futuro en el Madrid.
El británico pedía un protagonismo mayor mientras la afición le reclamaba el liderazgo que, aparentemente, quedaba vacío con la marcha de Cristiano a la Juventus de Turín. Sin embargo, Bale no ha respondido a las expectativas, sino más bien todo lo contrario.
A finales de 2019, protagonizó un polémico episodio con su selección al posar con una bandera de Gales en la que se podía leer: "Gales, golf, Madrid. En ese orden". La última controversia llegó el viernes pasado, cuando se dejó ver en la grada del estadio Alfredo Di Stéfano, en pleno partido contra el Alavés (3-1), utilizando la mascarilla como si fuera un antifaz para dormir mientras simulaba echarse una siesta.
Una serie de gestos, en definitiva, que le han impedido ganarse el afecto del Bernabéu. ¿Será éste el final de Gareth Bale con la camiseta blanca? Hace un año ya estuvo a un tris de salir, pero, como si de un felino se tratase, al galés parece que no se le acaban las vidas en el club más laureado de la historia.