Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950), escritor sabio, humilde y simpático, académico de número de la Real Academia de la Historia, exdirector de la Biblioteca Nacional, exsecretario de Estado de Cultura y colaborador de esRadio, autor de decenas de poemarios, un puñado de ensayos, numerosas traducciones y receptor de un saco de premios, cuenta a LD, en la víspera del fin de la fase 0 madrileña, que se ha pasado el confinamiento "traduciendo mucho", organizando un libro de prólogos y escribiendo algunos de sus mejores poemas. "En el fondo, los escritores y los creadores estamos siempre en cuarentena", dice.
El autor de Animales domésticos, El reino blanco o Bloc de otoño confiesa en "Robinsones confinados" que "sería incapaz de hacer de una pandemia un libro de poemas o una novela", asume que, para los políticos, "la cultura siempre es secundaria" –"Y eso que en mi época había dinero", apostilla– y, resignado, acepta la derrota de una batalla que considera perdida: "No sé por qué demonios no se puede ser español y a la vez patriota".
Esta es una conversación entre uno de los mejores poetas patrios y, no puedo esconderlo, un lector que lo tiene en un altar.