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El S15 S532FA es un buen portátil a un precio elevado por la inclusión de este peculiar trackpad. Pero ¿vale lo que cuesta? 

Análisis del Asus VivoBook S15: ¿merece la pena tener una segunda pantalla en el trackpad?

El S15 S532FA es un buen portátil a un precio elevado por la inclusión de este peculiar trackpad. Pero ¿vale lo que cuesta? 

Resulta difícil diferenciarse en mercados maduros; es algo que vemos claro cuando nos ponemos a comparar móviles y tenemos casi que obligarnos a dejar de mirar si queremos comprarnos uno y no perdernos en una búsqueda sin fin. Aún más claro resulta en el terreno de los portátiles, que llevan muchos más años entre nosotros: es frecuente que miremos las especificaciones, el precio y ya. Pero eso no impide que algunos fabricantes intenten de vez en cuando lanzar características propias que pueden inclinar la balanza en su favor, como ha hecho Asus con este VivoBook S15 S532FA y su trackpad que sirve de segunda pantalla. ¿Sirve esto para algo? Vamos a verlo.

Este portátil de 15,6 pulgadas incluye un procesador Intel Core i5 de octava generación, un chip veterano pero que siempre ha dado un buen rendimiento, carece de gráfica dedicada y cuenta con 8 gigas de RAM y 256 de almacenamiento SSD y su precio oficial es de 999€. Existe otro modelo más caro, el FL, con gráfica MX250 y procesador i7, hasta 16 gigas de RAM y hasta un tera de almacenamiento, pero no se vende en España oficialmente, así que como si no existiera. De puertos no anda nada escaso: a la izquierda sólo incluye dos USB 2.0, pero a la derecha tendremos otro USB 3.1, un USB-C, la alimentación, una salida HDMI, un lector de tarjetas microSD y un jack de auriculares. El surtido es extenso, y quizá podamos echar en falta que el USB-C fuera compatible con Thunderbolt 3 y que se pudiera cargar el portátil con él, sobre todo porque el conector dedicado a ello ni siquiera es magnético.

El cacharro pesa 1,6 kilogramos, lo cual está bastante bien para este tamaño de pantalla, pero semejante logro se consigue cediendo el chasis al plástico. No es que esté en contra, que no lo estoy, porque además en este caso queda bastante resultón y permite modelos de colores tan peculiares como el verde militar, pero conviene saberlo a quienes no les guste ese material o desconfíen de su durabilidad pese a que, si el plástico es bueno, y en este caso lo parece, no tiene por qué durar menos que el aluminio. Además del peso, cuenta con la ventaja de que aguanta mejor los rallones y que disimula mucho más las huellas. Material aparte, el diseño no es especialmente bonito, la verdad, aunque tampoco hace daño a la vista. Su mejor virtud son los marcos de la pantalla, bastante más estrechos de lo habitual. Al abrir la pantalla, con una sola mano, la bisagra eleva la parte inferior del portátil por su lado, lo que da una pequeña inclinación de tres grados que puede resultar cómoda para escribir, aunque no creo que se note mucho la diferencia, y sobre todo ayuda a la ventilación y a que el dispositivo no caliente demasiado.

Vamos a hablar del teclado

El tacto no es malo y la verdad es que se escribe tan bien como cabe esperar de un buen portátil. No resulta tan satisfactorio como el del Surface Laptop 3 que hemos probado hace poco, pero si debo ser sincero la principal objeción que le pongo es la disposición, que incluye un pequeño teclado numérico como hacen muchos portátiles de 15 o más pulgadas. Cuando no lo usas, como es mi caso, sólo sirve para descentrar el teclado y el trackpad. Irritante. Además, la disposición es ANSI y no ISO, de modo que tiene un Intro más pequeño y algunas teclas colocadas de forma distinta. Al menos las flechas, aunque demasiado finas, están colocadas correctamente. Algo es algo. La retroiluminación resulta a veces contraproducente, porque al ser las teclas plateadas, no tiene suficiente contraste con la luz blanca de debajo y se distinguen peor las teclas que con ella desactivada. Y el Num Lock, la tecla que permite usar el teclado numérico como tal o como sistema de navegación, no tiene luz asociada que te permita saber si está activado o no, como sí sucede con la de bloque de mayúsculas o la de función, lo cual a la mayoría de usuarios, que sólo usan esa parte de teclado de una de las dos maneras, le dará igual, pero es un detalle feo.

La pantalla alcanza unos decepcionantes 250 nits, nit más nit menos, lo cual no la hace apropiada para entornos con mucha luz natural. Tampoco tiene pijerías como la 4K o una velocidad de refresco mayor de 60Hz. Los colores tampoco son muy lustrosos. Eso no significa que sea mala. Es, bueno, mediocre. En cambio, los altavoces son Harman Kardon, compañía para la que no tengo más que buenas palabras tras años de usar sus altavoces en mi ordenador de sobremesa, y tienen un buen volumen y bajos diría que algo más aceptables de lo habitual en un portátil. Se escucha con claridad incluso a máximo volumen pese a estar dirigidos hacia abajo, un defecto que este Asus comparte con un gran porcentaje de los portátiles de hoy día. La cámara es de 720p y se ve bastante mal, algo no tan raro incluso en portátiles más caros, aunque es escucha bien. El reconocimiento facial a veces le cuesta, pero no funciona mal. 

En cuanto al rendimiento, la verdad es que es algo flojo. Olvidaos de jugar con este portátil. La prueba del Witcher 3 fue incluso dolorosa de ver, con una tasa de fotogramas por segundo que variaba entre 10 y 15. Sí, es suficiente para tareas ofimáticas, que es lo que busca la inmensa mayoría de usuarios, o de desarrollo web, que es a lo que me dedico, y con 8 gigas de RAM podremos tener un buen número de pestañas abiertas en el navegador, pero poco más. La batería es de unos escasos 42Wh, que dan más de sí lo que da a entender esa exigua cifra, especialmente si tenemos en cuenta el tamaño de la pantalla, pero que aun así resultan demasiado escasos como para poder usarlo sin corriente durante una jornada laboral normal.

Pero vamos a hablar del trackpad, que lo que todos estábamos esperando. Lo primero que hay que decir es que como trackpad puro y duro es excelente; reacciona bien y con precisión a nuestros dedos y gestos, y que tiene un click de lo más satisfactorio. El problema es que estamos pagando un plus porque además sea una pantalla de 5,65 pulgadas y no estoy seguro de que merezca la pena. El Asuspad 2.0 te permite utilizarlo de segunda pantalla, para lo cual necesitaremos de un ratón externo porque, en fin, nos quedaremos sin trackpad porque lo que hagamos con los dedos se reflejará en la propia pantalla del trackpad, y no en la principal. La idea es que podamos poner ahí algunas aplicaciones, por ejemplo un vídeo de YouTube, o Spotify, mientras seguimos teniendo la pantalla principal para hacer otras cosas, pero el problema ahí es que las aplicaciones de Windows no están pensadas para este tamaño de pantalla y no se ven muy bien, además que de que frecuentemente encontraremos que la barra de tareas del trackpad dificulta el acceso a, por ejemplo, los controles de audio de Spotify.

Otra opción es mover ahí controles de una aplicación compleja, como pueda ser la línea de tiempos en un editor de vídeos, pero ahí nos volvemos a encontrar con el problema del tamaño. Asus ha desarrollado algunas aplicaciones propias adaptadas para demostrar cómo podría funcionar si los desarrolladores se ponen a ello, por ejemplo, mientras escribía el guión podía acceder a distintos controles del procesador de textos en esta segunda pantalla, pero parece improbable que muchas aplicaciones hagan el esfuerzo a no ser que este tipo de soluciones se extienda y estandarice. A ver, como puede ver en mi escritorio, tener dos pantallas me parece una gran idea y una de las mejores formas de aumentar tu productividad, pero una tan pequeña como esta parece más algo de lo que chulearte ante los colegas que algo que vayas a usar con frecuencia.

¿Merece la pena este Vivobook S15 S532FA?

Pues no es mal portátil para nada, pero creo que sólo justifica ese precio de 999 euros por el trackpad con pantalla y, francamente, no creo que merezca el gasto extra. Posiblemente podamos encontrar mejores alternativas en calidad precio incluso de la propia Asus e incluso de la propia gama Vivobook. No obstante, me quito el cráneo ante la originalidad de la propuesta, que quizá con una mayor adopción por parte de la industria podría tener algo de futuro. Espero que les haya gustado este análisis y nos vemos en futuros vídeos.

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