El Barcelona acababa de ganar al Inter de Milán en San Siro con la sensación de estar en una de las mejores fases de la temporada. Todo era alegría en el seno azulgrana, pero había un lunar, un pero, un jugador que no estaba contento del todo y ese era Frenkie De Jong.
¿Por qué no era feliz el bueno de Frenkie? Porque De Jong sigue sintiendo al Ajax como su equipo. No trabaja para ellos, lo hace para el Barcelona, pero sigue sintiendo los colores del conjunto holandés, algo que demostró cuando en el luminoso de San Siro vio que sus excompañeros habían caído por 0-1 ante el Valencia y quedaban eliminados de la Champions.
La reacción del jugador fue de tensión al esperar la noticia y de decepción cuando vio el resultado final. De Jong, una vez más, ha sido noticia a nivel mundial y nuevamente por su actitud, ejemplar en todos los aspectos. El Ajax, por supuesto, le considera uno de los suyos.