El Aston Martin Red Bull Racing necesitaba un nuevo desafío después de realizar tres paradas a tiempo récord en boxes sólo en la temporada 2019 de F1. Lo encontraron a una altitud de 10.000 metros a bordo de un avión ruso de entrenamiento de cosmonautas Ilyushin Il-76 MDK.
Con la ayuda de la agencia espacial rusa Roscosmos, el equipo llevó el monoplaza RB1 de 2005 al Centro de Entrenamiento Cosmonauta de Yuri Gagarin, en Star City, y demostró que el cielo es realmente el único límite al realizar una parada en boxes en gravedad cero.
Con un conjunto a medida alojado en el fuselaje del avión (cuyo homólogo estadounidense se conoce popularmente como el 'Cometa Vómito'), el equipo completó una semana de vuelos, cada uno de los cuales consistió en una serie de parábolas -con el avión subiendo a un ángulo de 45° y cayendo en una trayectoria balística a 45°-, lo que dio a la tripulación un período de ingravidez que duró alrededor de 22 segundos antes de la siguiente subida.
"La primera parábola que hicimos fue bastante extraña", dice el mecánico Paul Knight. "Nada puede prepararte, así que los instructores del Roscosmos nos dijeron que simplemente nos sentáramos y nos habituáramos a la experiencia. No hay una sensación de subir o bajar; subir a 2G, con el doble de tu peso corporal, sientes como si estuvieras plantado en el suelo y lucharás por moverte. Entonces esa sensación se invierte cuando te pasas el punto álgido y caes en caída libre. ¡Nos sujetaron para evitar que nos fuéramos flotando!".
"Al principio, todos éramos un poco como tortugas boca arriba, piernas por todas partes", añade Knight. "Pero descubrimos cómo aguantar y la mejor manera de lidiar con las sensaciones. Es una experiencia increíble, como nada que te puedas imaginar".