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Comparamos los mejores auriculares inalámbricos con cancelación de ruido activa de gama alta. ¿Quién se llevará el trofeo? ¿Bose, Sony o Bang&Olufsen?

Probamos los Bose NC 700, Sony WH-1000xM3 y Bang&Olufsen Hi9 3rd gen: ¿cuáles son los mejores auriculares con cancelación de ruido?

Comparamos los mejores auriculares inalámbricos con cancelación de ruido activa de gama alta. ¿Quién se llevará el trofeo? ¿Bose, Sony o Bang&Olufsen?

Vamos a hacer algo distinto hoy, y en lugar de analizar un móvil vamos a mirar no uno, sino tres auriculares distintos. Los tres tienen en común que son inalámbricos, circumaurales –es decir, cubren completamente la oreja–, tienen cancelación de ruido activa, un sonido excelente y cuestan una pasta. Pero ¿en qué se diferencian? Tenemos con nosotros los Bose NC 700, Bang & Olufsen Beoplay Hi9 de tercera generación, que son productos de 2019, y los Sony WH-1000xM3, que actualmente se pueden considerar el líder a batir pese a que salieron el año pasado y les debió poner el nombre un orangután disléxico. Vamos a verlos.

En primer lugar, vamos a examinar qué tienen en común todos ellos. Son inalámbricos, lo que significa que se conectan por Bluetooth a móviles, ordenadores, televisiones y cualquier dispositivo compatible que soporte el estándar. Disponen de cancelación de ruido activa, algo que quizá requiera un poco de explicación: el ruido se puede combatir pasivamente, es decir, poniéndole obstáculos como paredes con materiales aislantes o algo que haga de tapón, como estos auriculares que cubren la oreja. Pero también se puede combatir activamente, escuchando mediante micrófonos el ruido exterior y emitiendo las ondas inversas de ese sonido de modo que se cancele y estemos en el silencio más absoluto. Naturalmente, no es algo tan sencillo y matemático como parece, porque el sonido que recibes en los micrófonos nunca va a ser exactamente lo mismo que escuchan los oídos, pero es una tecnología que ya tiene una historia y estos tres auriculares están en el tope de gama, así que podemos contar con ellos para aislarnos del mundanal ruido en el trabajo, el transporte público o cuando viajamos en avión. También cuentan con otras similitudes, como que suenan muy bien, permiten hablar con asistentes de voz, por teléfono y se controlan con una mezcla de unos pocos botones, una aplicación móvil y una superficie táctil para controlar la reproducción y el volumen. Pero vamos a centrarnos un poco en lo que los separa, que para eso es una comparativa.

En primer lugar, vamos al diseño. Puede parecer una tontería, pero estos cascos están pensados para ser usados en el exterior, de modo que no dejan de ser un complemento de moda en cierto sentido. Aquí diría que los Sony son más bien vulgares, los Bose tienen un diseño minimalista, moderno y bastante original con líneas muy limpias gracias a este invento de que el ajuste se haga dentro del propio auricular y no en la banda superior; por último, los Bang & Olufsen apuestan por una apariencia más clásica, completada con materiales como aluminio, cuero y piel de cordero; la versión marrón es aún más bonita que ésta, advierto. Sobre gustos colores, pero si es por aspecto, yo tiraría por estos últimos, aunque los Bose son atractivos.

En cuanto a la calidad de construcción, aunque los tres son bastante flexibles y dan apariencia de solidez, son los Olufsen los que parecen contar con materiales de más rancio abolengo y que da la sensación de que podrían ser más duraderos. Aunque no lo muestre, los Bose 700 tienen la banda superior de acero inoxidable, mientras que los Sony son esencialmente plástico, ofreciendo como ventaja que pueden plegarse para ocupar menos espacio. Los tres se ajustan bien a cabeza y oídos, ofreciendo ya de por sí un aislamiento pasivo bastante bueno, aunque los Olufsen cubren algo menos de oreja. De nuevo son estos últimos los que más confianza me dan, aunque con productos tan nuevos es difícil decir cuál puede durar más, que es la medida que más cuenta cuando estamos ante productos de calidad y, para qué no decirlo, caros.

Otra parte crucial del diseño es su funcionalidad en el uso diario. Aquí cuentan diversas variables. La principal, creo yo, es la comodidad no sólo al ponérselos sino tras varias horas de uso. Tan sólo los Hi9 me han supuesto algún problema, en concreto algo de dolor en la parte de la cabeza que está bajo la banda, posiblemente debido a que son más pesados que los otros dos, que son esencialmente iguales en ese aspecto. Para probar la sujeción he recurrido a lo que he llamado el headbanger test, o lo que es lo mismo, agitar la cabeza como buen heavy de los 80 al son de la música. Los peor parados han sido de nuevo los Bang & Olufsen y los Sony han aguantado un poco más.

Aunque menos importante, también debemos ver las fundas, porque son productos diseñados para llevarlos con nosotros. Sony y Bose ofrecen fundas duras, y aunque da la sensación de que la de Sony es más pequeña gracias a que debemos plegar los auriculares para guardarlos, lo cierto es que la de Bose es más delgada, así que no hay tanta diferencia, y resulta mucho más cómoda al no tener que plegar nada. Además, el compartimento que tiene para cables, con cierre magnético, es un plus. Bang & Olufsen ofrece una simple funda de tela que no da mucha confianza a la hora de llevarlos protegidos porque, claro, la funda fetén te la cobran aparte. Aquí gana Bose.

En cuanto a los controles, tanto los Sony como los Bose funcionan bien en el apartado táctil. Es muy intuitivo: dos toques para pausar y continuar la reproducción, adelante y atrás para cambiar de pista y arriba y abajo para el volumen. Prefiero los Sony porque emiten un sonido cuando han entendido la orden, lo cual es una ayuda para saber que lo has hecho bien, y puedes usar toda la superficie del auricular derecho mientras que los Bose sólo la mitad delantera. Además, cuando cubrimos el auricular con la mano, los WH-1000xM3 pasan a dejarte escuchar tu entorno, lo cual resulta muy práctico y lo echo de menos en los demás modelos. Aquí los Beoplay Hi9 han intentado ser más originales y la han cag… fastidiado un poco, en mi opinión. Para subir y bajar el volumen debes mover el dedo en círculos, entiendo que imitando a una rueda tradicional, pero te sales de los raíles virtuales y no hace nada. Con práctica le coges algo el tranquillo, pero no se crean que mucho. Y el hecho de que baste un toque para parar o retomar la reproduccíón lo hace muy propenso a accidentes. Eso sí, su interruptor para apagar, encender y conectarse por Bluetooth es más cómodo que los demás.

Ponerse cualquiera de estos tres, una vez encendidos y con la cancelación de ruido activada, es una experiencia digna de probarse alguna vez. De repente el mundo casi desaparece de tus oídos, lo cual es una sensación cuanto menos extraña y que puede ser incluso arriesgada si vamos por la calle al no poder contar con los sonidos para alertarnos de que nos vamos a encontrar con algo, aunque si soy sincero el principal problema práctico que me he encontrado con ellos es que al ponérmelos al cocinar para poder escuchar la tele mientras hago cosas hacendosas, luego he olvidado apagar la campana porque no la oía. Y no es precisamente silenciosa. Pero lo cierto es que ese tipo de sonidos continuos, que incluyen también los aires acondicionados o el ruido del avión, son lo más fácil de eliminar con esta tecnología.

Como estamos ante un apartado importante he hecho varias pruebas. He ido en transporte público, los he puesto en la oficina y caminando por la calle y he hecho incluso experimentos en casa, como ponerme junto a la campana a la máxima potencia o escuchar vídeos de ruidos característicos, como el zumbido dentro de un avión o el sonido más irritante del mundo: el llanto de un bebé. Los Hi9 han demostrado estar a la cola a bastante distancia y de los dos restantes Bose se ha mostrado levemente mejor en los ruidos graves y continuos pero a poca distancia mientras que Sony ha demostrado que su chip dedicado a estas tareas ha merecido la pena amortiguando mucho mejor las conversaciones o al bebé de las narices. Así que los nipones ganan esta ronda.

Los tres auriculares confían a una aplicación propia su configuración. Es un poco raro, porque también deben conectarse por Bluetooth y algunas veces puedes estar usando los auriculares con tu móvil, pero la app no se conecta. En cualquier caso, una vez estamos dentro, vemos que Bose es la que menos capacidades tiene. Esencialmente sólo te permite variar del 0 al 10 el grado de cancelación de ruido, con el 0 actualmente dejando pasar más sonido (para escuchar voces, por ejemplo) que si nos limitáramos a tenerlos apagados. Y ya. Eso sí, no podemos negar que es sencillo, y es cierto que Bose ha prometido ir añadiendo funciones, pero debemos juzgar por lo que hay. Beoplay ofrece cuatro opciones de ecualización y la posibilidad de encender y apagar la cancelación de ruido y, en este último caso, activar la “transparencia”, que es algo similar a lo que tenemos con el Bose a nivel cero. Por último, Sony, como compañía tecnológica más completa, tiene obviamente la aplicación más útil y versátil. Te detecta automáticamente si estás parado, caminando, corriendo o en transporte público y te permite configurar hasta 20 niveles de cancelación de ruido en cada situación con la posibilidad de además dejar pasar más la voz que el resto, algo que puede ser útil en algunos entornos. También dispone de numerosas ecualizaciones predeterminadas y la posibilidad hacer una manual. En definitiva, aquí un punto casi cantado para Sony.

Un aspecto en el que Bose se ha esforzado especialmente es el de las llamadas y se nota. Hablando por teléfono con ellos puestos emplean los sistemas de cancelación de ruido para aislar nuestra voz y atenuar el resto, de modo que nuestro interlocutor nos escuche claramente. Además, los micrófonos son buenos y se escuchan bien aun sin ruido. En este apartado, los Hi9 cumplen sin grandes aspavientos, aunque tienen la irritante costumbre de desactivar la cancelación de ruido al llamar, pero los Sony son un horror. Suenan como si estuvieras hablando desde un pozo y si hay viento mientras hablas, olvídate de que se te entienda algo. Parece que te permiten hablar por ellos porque quedaría feo no hacerlo,pero poco más.

Pero ya que hemos empezado a hablar de sonido, hablemos del más importante, que es el que sale de los auriculares. Cada uno tiene sus virtudes, que he confirmado con alguno de los popes del sonido que hay en esRadio. Si lo que te gusta es que los graves sean especialmente poderosos, los que más te gustarán son los Sony. Los B&O, por su parte, tienen bastante brillo, mientras que los Bose son los que suenan más equilibrados. Yo, que tiendo a pensar que los ingenieros de sonido saben más que yo, prefiero por tanto los NC 700. Pero no creo que ninguno de ellos decepcione a nadie que no sea muy audiófilo.

En cuanto a la conectividad, los tres funcionan con Bluetooth, claro. Pero sólo los Bose tienen la versión 5.0. ¿Y qué importa eso en la práctica? Pues que podemos alejarnos más de la fuente del sonido. Mientras que los otros dos me dejaban tirado si iba al servicio en la redacción de Libertad Digital, los Bose seguían ahí como unos campeones. Además, también es el único en soportar la tecnología multipunto, que permite conectarlos a dos dispositivos a la vez. De este modo, aunque estemos escuchando la tele con ellos, si te llaman al móvil saltará por los auriculares. Por su parte, los Hi9 tienen también una ventaja, aunque menor: el puerto USB-C no es sólo de carga, sino que también funciona como fuente de sonido.

La batería, que es otro punto importante, es suficiente en los tres. Teóricamente, los Sony llegan a las 30 horas, los B&O a las 25 y los Bose a las 20, aunque los tiempos reales varíen para cada persona y cada lista de reproducción musical. Lo importante es que todos ellos dan para al menos una semana de transporte público al trabajo ida y vuelta. Se cargan completamente en dos horas y media o tres horas y más o menos ese será el tiempo que nos den si lo cargamos quince minutos desde cero. Los tres pueden usarse por cable si se quedan sin carga aunque a menor volumen y sin cancelación de ruido.

Llegamos ya al peliagudo asunto del precio, que sin duda puede marcar la diferencia más importante para casi todos. No estamos hablando de productos baratos, pero aun así hay unas diferencias en lo que cuestan que no sé hasta qué punto están justificadas. Los Hi9 valen 500 euros, los Bose 400 y los Sony oficialmente 330, aunque al haber pasado ya más tiempo desde su lanzamiento pueden encontrarse por 300 o incluso menos con cierta facilidad.

Naturalmente, si he ido desgranando punto por punto las características de cada uno es porque cada persona le dará más o menos importancia a cosas distintas. Pero si damos 3 puntos al ganador en cada categoría, 2 al segundo y 1 al tercero y sumamos –lo cual es hacer un poco de brocha gorda porque damos la misma importancia al sonido que a la funda– nos sale que los mejores auriculares son los Bose NC 700 pero por un margen demasiado estrecho como para no conceder la corona a los Sony una vez tienes el precio en cuenta. Lo cual, de forma poco sorprendente, confirma la impresión personal que me han dado tras probarlos estas semanas. Nos vemos en próximos análisis o, quién sabe, comparativas.

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