Quedaban 77 kilómetros para la meta y sufrió este contratiempo. Para su sorpresa, ningún coche se detuvo a socorrerle. Ni tan siquiera el de su propio país. Acto seguido y tras ver que sus aspiraciones a ganar quedaban reducidas, ha roto a llorar desconsoladamente. Tras varios minutos esperando, un coche se detuvo, pero ya era demasiado tarde.