El hombre corrió hacia el jugador para tratar de protegerle de los aficionados que se arremolinaban a su alrededor cuando tropezó por la intensa lluvia que caía entonces sobre el Augusta National. Y lo hizo con tan mala suerte que impacto con el tobillo de Woods.
La entrada es digna, al menos, de tarjeta amarilla. Afortunadamente todo quedó en una cómica anécdota. Aunque en un primer momento el estadounidense pareció lastimarse, tras dar un par de saltos siguió caminando como si nada hubiera pasado.