Gracias a la cuerda de seguridad no sólo salvó la vida, sino que también hizo historia. El vídeo, grabado con un dron, muestra los momentos de tensión que supuso la hazaña a 1.000 metros de altura e incluso una caída ocurrida en la mitad de su trayecto entre dos acantilados en Kjerag (Noruega).