Rudy Fernández obró el milagro en Atenas. En el partido de la penúltima jornada de la Euroliga ante el Panathinaikos, el Real Madrid fue a remolque durante todo el choque y remó en el último cuarto para acabar salvándose in extremis.
Faltaban tres segundos para que concluyera el último cuarto y el marcador era de 73-71 a favor de los griegos. Rudy no se lo pensó desde más allá de la línea de 6,75: el balear lanzó el balón como una mandarina, al más puro estilo Sergio Llull, y anotó un tremendo triplazo para acabar silenciando el Pabellón OAKA.
Los milagros ocurren, y en baloncesto más. El caso es que el Madrid logra una nueva victoria (28) que le acercan al segundo puesto, mientras que el Panathinaikos ve peligrar su plaza en los playoffs.