Tras el combate entre Mike Perry y Paul Felder, se permitió en vestuarios entrar a las cámaras para que grabasen lo que no suele verse en la televisión: el momento de la cura de las heridas.
Unas imágenes duras y no aptas para gente sensible, aunque los que combaten aguantan sin inmutarse cualquier tipo de manipulación en las magulladuras.