Fue un partido en el que saltaron chispas. Tras terminar el partido, el saludo en la red fue frío como un témpano de hielo. Mevedev se encendió cuando llegó a su silla:
"¡Me dijo ruso de mierda! ¿Crees que eso es normal?", preguntó el ruso al juez. Antes, habían cruzado algunas palabras por lo bajo. El ruso increpó al griego: "¡Mírame a los ojos; vamos, mírame!", le decía. Tsitsipas cogió su bolsa y salió de la pista. "¡Es un niño pequeño que no sabe pelear!", le despidió enfadadísimo Medvedev.