Un autobús de la empresa de autobuses Trans Cerdanya atravesó dos paredes de nieve de 4 metros de altura. La dificultad fue máxima ya que el hueco abierto era prácticamente el mismo que las medidas del bus, casi cuatro metros de alto y 2,60 de ancho, 3 metros si incluimos los retrovisores.
Dentro del autobús, los niños no daban crédito. Después de haber estado esquiando en La Molina, se dirigían a su hotel en Castellar de Nuch.
Con mucha sangre fría y sin un sólo rasguño el conductor del autobús conseguía la proeza, no sin ayuda también del trabajador que llevaba la turbina quitanieve, que tuvo buen ojo para acertar las medidas exactas del vehículo.