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Review del Kindle Oasis 2017, un libro electrónico fantástico para quienes no paran de leer

El nuevo Kindle Oasis, con una pantalla de mayor tamaño, de uso cómodo y diseño peculiar, centra la atención del análisis tecnológico de esta semana. 

Soy un gran fan de los libros electrónicos. Cuando compré el primero dejé de comprar libros en papel salvo para regalar y casi no he vuelto a leer ninguno. Pero hay que reconocer que es un dispositivo que no presenta grandes avances de año en año y que así de primeras resulta difícil imaginar qué pueden ofrecernos los modelos de gamas más altas para pagar el dinero extra que nos piden por ellos. De modo que le hemos pedido a Amazon que nos mande su nuevo Kindle Oasis, su libro más caro y fetén, para ver si merece la pena.

Tenemos dos cajas, aunque no por el precio de una, desgraciadamente. La primera es la del propio Kindle Oasis, que tenemos aquí, y que viene con el clásico manual que no leeremos, un cargador y un cable, que es Micro USB y no USB-C, pero bueno, dado que tendremos que enchufarlo una vez al mes tampoco nos quejaremos demasiado. La otra caja es la funda, que viene con un papelito que explica cómo acoplarla al libro, algo muy sencillo gracias a que está imantado, ese truquito de Apple con el iPad que todos imitan en cuanto pueden.

El diseño del Oasis es, cuando menos, peculiar. No es habitual encontrarse con aparatos asimétricos. Pero está muy bien pensado, porque la mayoría de nosotros solemos agarrarlo con una sola mano y lo que ha hecho Amazon es agrandar la parte donde lo cogemos para meter la batería –que en el modelo anterior estaba en la funda– y colocar ahí dos botones: el de arriba que es el que de forma natural nos cae al dedo gordo es para avanzar una página y el de abajo para ir hacia atrás. Eso no quita que sigue siendo totalmente táctil y podemos usarlo pulsando en la pantalla como los demás Kindle. Es más cómodo usarlo, pero si tenemos costumbre de cogerlo con las dos manos necesitaremos sí o sí la funda porque en caso contrario resulta extraño y bastante incómodo. Si cambiamos de mano, la pantalla se dará la vuelta automáticamente como estamos acostumbrados a ver en móviles y tabletas. Desgraciadamente no tiene opción para bloquear ese giro y a veces se da la vuelta de forma inesperada, pero no es un gran problema.

Al contrario que los demás modelos, usa materiales como el aluminio en la parte de atrás y un frontal negro pulido que se queda con tus huellas que da gusto. Eso sí, siempre podremos aprovechar que es resistente al agua para limpiarlo si queremos. No está pensado para que lo usemos debajo del agua, pero lo podremos llevar con nosotros a la piscina o la playa sin estar preocupándonos por si se moja. Pero sobre el diseño yo personalmente tenía una duda que para mí haría impensable. Y es que es más ancho. ¿Suficientemente ancho como para que no quepa en un bolsillo exterior de americana de tamaño estándar. Bueno, lo he probado con las mías y sí que entra, pero es cierto que no se desliza con facilidad como el Paperwhite: tienes que estar mirando mientras lo metes. Pero entra. Bien.

La funda lo hace más cómodo de agarrar porque el aluminio puede ser un poco resbaladizo a veces. Pero se supone que sirve para poner el libro en pie y ahí su utilidad es más discutible porque aunque se sostiene lo hace de forma tan precaria que no podemos ni pulsar en los botones para pasar la página sin que se mueva: debemos hacerlo en la pantalla y con cuidado, que si lo hacemos con demasiada energía nos pasará lo mismo. Los imanes tampoco son un prodigio de fortaleza y alguna vez se me han desprendido accidentalmente. En cualquier caso, ha recibido tantas críticas que Amazon la ha retirado por ahora de su tienda, pero hay alternativas de otras marcas.

He estado leyendo estos días Progreso, de Johan Norberg, que ya que estamos recomiendo encarecidamente a todos aquellos que piensan que el mundo cada vez está peor, y debo decir que la experiencia es mejor que con mi Paperwhite. Para empezar porque la pantalla es de 7 pulgadas en lugar de 6 y se nota mucho. La diferencia de peso, en cambio, no. Copia del Voyage que la iluminación de la pantalla sea automática, de modo que siempre se puede leer con el brillo adecuado sin necesidad de cambiarlo. Dispones de muchas más opciones para personalizar la lectura: tipo de letra, márgenes, interlineado, orientación. Además, el cambio de página es mucho más rápido, prácticamente instantáneo. Sólo se le puede poner un pero, y es que tarda más en despertarse del estado de reposo.

Tenemos que responder a la pregunta que nos hacíamos al comienzo: ¿merece la pena pagar más por lo que ofrece el Oasis sobre Paperwhite? Creo que puede merecerlo, pero en primer lugar debemos poder gastarnos los 250 euros de la versión básica frente a los 130 del Paperwhite, que es casi el doble. Y segundo, creo que sólo merecerá la pena si somos lectores intensivos, de los que no bajen de una o dos horas al día leyendo. En ese caso, creo que sí se puede pensar en gastar más en un dispositivo con el que pasamos tanto tiempo. Lo cual es más de lo que esperaba antes de hacer este análisis.

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