Sofoklis Schortsanitis está de vuelta. El imponente pívot, de 32 años y que alcanzó la fama gracias a su actuación en la semifinal del Mundial 2006 que Grecia ganó a Estados Unidos, regresó el pasado fin de semana a las canchas de baloncesto después de casi dos años en el dique seco por culpa de una grave lesión en el tendón de Aquiles.
Con 2,08 metros de altura y más de 150 kilos de peso, Schortsanitis asustaba a los rivales gracias a su imponente aspecto, que sin embargo no le impedía moverse con soltura por la pista. Su robustez y su agresividad en la cancha le hicieron ser un rival temible para los grandes pívots del Viejo Continente.
Ahora, con 32 años, Schortsanitis, también conocido como Baby Shaq o Big Sofo, quiere darse otra oportunidad en el Trikalla, de la segunda división griega, después de haber pasado por equipos como Olympiacos, Panathinaikos o el Maccabi de Tel Aviv. En su primer partido, ante el Rethymno, anotó seis puntos y capturó un rebote en los nueve minutos que estuvo en la pista.