Leo Messi vio la amarilla este martes, en el debut del Barcelona en la Champions League contra la Juventus de Turín, por protestar al colegiado Damir Skomina. El argentino consideró que la falta que Pjanic había cometido sobre él era merecedora de tarjeta y, con la intención de que el bosnio fuera amonestado, fue andando y le pidió al colegiado la amarilla.
Pero la cosa no quedó ahí porque incluso Messi llegó a agarrar por el hombro al árbitro para que le escuchara, pero éste sólo decidió mostrarle la amarilla.
La acción ha recordado a la que protagonizó hace un mes Cristiano Ronaldo en el Camp Nou, en la ida de la Supercopa de España entre el Barça y el Real Madrid. El colegiado de aquel encuentro, De Burgos Bengoechea, expulsó al portugués, mostrándole la segunda amarilla, al entender que se tiró en el área y simuló penalti.
Al ver la roja, Ronaldo propinó entonces un leve empujón al colegiado y el Comité de Competición decidió castigar al futbolista con cinco partidos de suspensión.