Es cierto que el perfecto sistema de ayudas impuesto por Allegri ayudó a la causa, como también lo hizo el juego frontal de los de Luis Enrique, pero tanto Bonucci como Chiellini fueron un muro y demostraron que son dos de los mejores centrales del mundo.
Ambos se complementan a la perfección. Bonucci pone la clase en la salida de balón y el rigor táctico, mientras 'El Carnicero de Pisa' añade intensidad a raudales.