Thomas Müller quiso esquivar a la prensa y terminó haciendo el ridículo. La escena ha tenido lugar este jueves en el Aeropuerto Internacional de Múnich-Franz Josef Strauss, adonde ha llegado el Bayern tras haber disputado el pasado martes un amistoso ante el Eupen, de la segunda división de Bélgica —triunfo por 0-5 para el conjunto dirigido por Carlo Ancelotti—.
Los periodistas buscaron a Müller para preguntarle por su falta de gol, pero el delantero internacional tuvo una idea para tratar de esquivar a la prensa: utilizar el pasaporte como si fuera su teléfono móvil y hablar por él para evitar que fuera molestado.
No coló: los informadores se percataron enseguida y éste no pudo evitar reírse tras ser pillado con todo 'el carrito del helado'.