A la cabeza del pequeño partido que presidía, Unión Mallorquina, Munar lo fue prácticamente todo en la política balear: consejera, presidenta del parlamento regional, presidenta del Consejo Insular de Mallorca.
La razón era que, pese a que su presencia parlamentaria nunca fue demasiado grande, en muchas ocasiones resultaba clave para tejer alianzas de gobierno.
Su buena estrella acabó cuando empezaron a saltar a la luz pública los numerosos escándalos de corrupción que la rodearon. Munar ha sido condenada ya en dos ocasiones a penas de cárcel: una de seis años y otra de cinco. En ambos casos el Tribunal Supremo ha confirmado las sentencias.