El director Anton Corbijn habla sobre la relación entre el fotógrafo, el sujeto y el éxito, tema explorado en su nueva película Life, la historia de la vida real de James Dean y el fotógrafo que lo capturó mejor que nadie, Dennis Stock.
Anton Corbijn encontró la fama como fotógrafo especializado en música en los años setenta gracias a sus impactantes fotografías en blanco y negro. Su primer largometraje, Control, retuvo ambos aspectos de la obra, se trata de un músico, Ian Curtis de Joy Division y fue filmado a color y a blanco y negro. Ahora, el artista holandés de 60 años ha dirigido la cámara a un tema que conoce muy bien, la relación entre el fotógrafo y el sujeto. Su película más reciente, Life, le brinda color verdadero a la amistad profesional de la vida real entablada entre el fotógrafo de Magnum, Dennis Stock, y la estrella en ascenso, James Dean, en 1955. Stock siguió a Dean a la granja de su familia en Indiana, tomando fotos íntimas de su vida en el hogar. También capturó al pequeño niño poco antes de lanzarse al estrellato, en la foto memorable en Time Square que ya se ha convertido en una de las más reproducidas del siglo XX.
En Life, Robert Pattinson interpreta a Stock, un documentalista ansioso por obtener la primicia y Dane DeHaan interpreta a Dean, el actor reacio a participar en el juego de estudio. Ambos hombres quieren algo el uno del otro. A partir de esto, surge una amistad. Life es una excelente fotografía, recreando fielmente los momentos en que se tomaron esas fotografías icónicas. Pero también se adentra en las preocupaciones contemporáneas acerca de la celebridad y el arte, el fotógrafo y el sujeto, las exquisiteces de la compañía masculina e inevitablemente -dado que Dean murió a los 24 años, solo unos meses después de que se tomaron las imágenes- la vida y la muerte.